El comentario de Benedicto XVI en contra del uso del condón como el único medio para combatir el SIDA fue recibido con toda clase de declaraciones estúpidas de la clase política europea (que demuestra no ser mucho más inteligente que la mexicana), así como con burlas y ofensas de parte de los medios de comunicación (ver la caricatura de Le Monde, por ejemplo). Sin embargo, unos días después, el Dr. Edward Green, director del Programa de Investigación de la Prevención del SIDA de la Universidad de Harvard, declaró públicamente que el Papa estaba en lo correcto.
El domingo 29 de marzo, se le realizó una entrevista al Dr. Green en Radio Ulster (difusora que depende de la BBC), la cual pueden consultar aquí, y en la cual toca varios puntos interesantes. No pretendo explicarlos porque los argumentos del Dr. Green son bastante claros y no requieren explicación. Sin embargo, hay otros asuntos que me llamaron la atención.
El primero tiene que ver con el hecho de que los medios de comunicación, que estuvieron tan prontos para comunicar las declaraciones (distorsionadas, claro está) del Papa, no estuvieron tan dispuestos a transmitir las declaraciones del Dr. Green.
Segundo, que todos los políticos que criticaron al Papa porque sus declaraciones eran “contrarias” a la evidencia científica, no se retractaron cuando resultó que la evidencia científica era favorable a lo que dijo Benedicto XVI.
Esto podría resultar curioso, pero es por todos sabido que los políticos sólo se preocupan por su popularidad (y defender al Papa nunca ha sido popular) y a los medios sólo les interesa el amarillismo y las noticias que producen dinero. Es claro que en este debate nunca se buscó la Verdad sino la defensa de oscuros intereses. Lo realmente interesante de todo el caso es que, nuevamente, quedó demostrado que tanta ciencia y tantos millones de dólares invertidos en investigación concluyen en algo que cualquiera con un poco de sentido común podría haber deducido. No se necesita un doctorado ni se requieren 30 años de experiencia para saber que la monogamia y la fidelidad representan la mejor alternativa para evitar la propagación del SIDA. Algo que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI han defendido, a pesar de recibir infinidad de críticas por ello. También es cuestión de sentido común (y es algo que afirmé en mi entrada anterior sobre el tema) aquello que el Dr. Green llama risk compensation, que podría traducirse como compensación al riesgo. En pocas palabras, significa que las personas, al sentirse seguras, se exponen más a situaciones de riesgo con lo que la “protección” que tenían se anula. Esto es precisamente lo que afirmó Su Santidad al decir que una política de combate al SIDA que sólo se basa en la repartición de condones aumenta el problema en lugar de solucionarlo.
Desafortunadamente, el sentido común, al no ser un conocimiento científico, parece que no tiene validez en esta época. Por lo mismo, Occidente ha alcanzado grados de irracionalidad que no se habían visto nunca en la historia (ni en las épocas más “oscuras” de la Edad Media). Un ejemplo de ello es que el conocimiento científico es válido cuando conviene y no es válida cuando son conclusiones nos son incómodas. Por eso el Dr. Green merece admiración y respeto, por saber defender lo verdadero aunque eso le traiga problemas, como él mismo afirmó: “Mi posición es muy políticamente incorrecta. Siempre he sido políticamente incorrecto. Siempre he cuestionado a la autoridad y tratado de hablar la verdad a los poderosos sin que me importen las consecuencias.” Creo que esa actitud hace mucha falta en nuestros días...
El domingo 29 de marzo, se le realizó una entrevista al Dr. Green en Radio Ulster (difusora que depende de la BBC), la cual pueden consultar aquí, y en la cual toca varios puntos interesantes. No pretendo explicarlos porque los argumentos del Dr. Green son bastante claros y no requieren explicación. Sin embargo, hay otros asuntos que me llamaron la atención.
El primero tiene que ver con el hecho de que los medios de comunicación, que estuvieron tan prontos para comunicar las declaraciones (distorsionadas, claro está) del Papa, no estuvieron tan dispuestos a transmitir las declaraciones del Dr. Green.
Segundo, que todos los políticos que criticaron al Papa porque sus declaraciones eran “contrarias” a la evidencia científica, no se retractaron cuando resultó que la evidencia científica era favorable a lo que dijo Benedicto XVI.
Esto podría resultar curioso, pero es por todos sabido que los políticos sólo se preocupan por su popularidad (y defender al Papa nunca ha sido popular) y a los medios sólo les interesa el amarillismo y las noticias que producen dinero. Es claro que en este debate nunca se buscó la Verdad sino la defensa de oscuros intereses. Lo realmente interesante de todo el caso es que, nuevamente, quedó demostrado que tanta ciencia y tantos millones de dólares invertidos en investigación concluyen en algo que cualquiera con un poco de sentido común podría haber deducido. No se necesita un doctorado ni se requieren 30 años de experiencia para saber que la monogamia y la fidelidad representan la mejor alternativa para evitar la propagación del SIDA. Algo que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI han defendido, a pesar de recibir infinidad de críticas por ello. También es cuestión de sentido común (y es algo que afirmé en mi entrada anterior sobre el tema) aquello que el Dr. Green llama risk compensation, que podría traducirse como compensación al riesgo. En pocas palabras, significa que las personas, al sentirse seguras, se exponen más a situaciones de riesgo con lo que la “protección” que tenían se anula. Esto es precisamente lo que afirmó Su Santidad al decir que una política de combate al SIDA que sólo se basa en la repartición de condones aumenta el problema en lugar de solucionarlo.
Desafortunadamente, el sentido común, al no ser un conocimiento científico, parece que no tiene validez en esta época. Por lo mismo, Occidente ha alcanzado grados de irracionalidad que no se habían visto nunca en la historia (ni en las épocas más “oscuras” de la Edad Media). Un ejemplo de ello es que el conocimiento científico es válido cuando conviene y no es válida cuando son conclusiones nos son incómodas. Por eso el Dr. Green merece admiración y respeto, por saber defender lo verdadero aunque eso le traiga problemas, como él mismo afirmó: “Mi posición es muy políticamente incorrecta. Siempre he sido políticamente incorrecto. Siempre he cuestionado a la autoridad y tratado de hablar la verdad a los poderosos sin que me importen las consecuencias.” Creo que esa actitud hace mucha falta en nuestros días...
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