Esta entrada es uno de los primeros borradores de una carta que se envió al Auburn Plainsman como respuesta a dos artículos que se publicaron atacando a Students for Life, la organización pro-vida de estudiantes en la Universidad de Auburn. Este borrador no es la postura oficial de Students for Life pues la versión final fue cambiada bastante, es simplemente mi visión personal (y algo agresiva, lo reconozco) sobre esos artículos.
El artículo de Marcus Goff ('Pro-vida' un triste nombre inapropiado) publicado en la edición de la semana pasada del Auburn Plainsman, me dejó bastante confundido. Yo estaba en el puesto de Students for Life (Estudiantes por la Vida) el día en que fue a platicar con algunos de los estudiantes que estaban ahí. Oí su conversación. Lo que escribió en su artículo es muy distinto a lo que la gente que estaba ahí le dijo. La mayoría de lo que escribe es simplemente ridículo. He aquí un ejemplo: entre los tantos valores que el Señor Goff le atribuye a las personas a favor de la vida, está su “esfuerzo por expulsar y mantener fuera a los pobres inmigrantes mexicanos.” Creo que el Señor Goff no estaba al tanto de que el sujeto sentado en la parte trasera (o sea, yo) es un inmigrante mexicano. No sólo soy un inmigrante sino que también soy un inmigrante pobre (el hecho de ser un estudiante de posgrado me coloca automáticamente en la categoría de “pobre”).
El artículo está lleno de insensateces como ésa. Quizá el Sr. Goff debería de conocer a más gente a favor de la vida pues yo conozco a bastantes que no son republicanos, que apoyan una reforma al sistema de salud y que están y siempre han estado en contra de la guerra. En particular, la gente con la que habló le dijo exactamente eso. Sería conveniente que la próxima vez que entreviste a alguien lleve una libreta o una grabadora para registrar lo que la gente le dice pues su memoria claramente le falló en esta ocasión.
La otra cosa que encontré bastante risible fue la editorial de la señorita Lindsey Davidson en la que compara a Students for Life con el Hermano Micah (un predicador que va de vez en cuando a mi universidad a gritarle a la gente que se van a ir al infierno). Especialmente porque lo que tanto critica de los defensores de la vida es exactamente lo que la gente que se opone al movimiento pro-vida hace. Tomemos al Sr. Goff como ejemplo. Abiertamente dice sentir “desdén” hacia los que “desfiguran Cater Lawn” (Students for Life pues un 'cementerio de los inocentes' en frente del edificio Cater, uno de los edificios más emblemáticos de la universidad). Por alguna razón, al leer esto inmediatamente imaginé al Hermano Micah entrando a su casa y platicándole a su esposa del desdén que siente hacia todos los pecadores que desfiguran el campus de la Universidad de Auburn con su presencia pecaminosa. Probablemente use otras palabras, me imaginaría que más bíblicas como 'raza de víboras' o 'tumbas blanqueadas' pero su sentimiento es exactamente el mismo del que el Sr. Goff se siente tan orgulloso. Y usar el sentimiento de lástima hacia los pobres como un argumento a favor del aborto es usar las emociones y no la razón como arma.
Ahora bien, cuando el Sr. Goff habla del aborto como algo más humano que la pobreza, lo único que demuestra es que no tiene la menor idea de lo que es vivir en la pobreza. Siempre me he preguntado por qué la gente que clama que vivir en la pobreza es algo tan malo que es mejor matar a los pobres, jamás ha convivido con gente pobre. No entienden la pobreza pero creen saber cómo acabar con ella aunque, claro está, jamás les han pedido a los pobres su opinión. Por alguna razón que aún no logro comprender ¡éstas personas asumen que saben más acerca de la pobreza que los propios pobres! Yo he trabajado con gente extremadamente pobre y con gusto invitaría al Sr. Goff, a la Srta. Davidson y a quien quiera ir a que vayan conmigo a trabajar con esta gente. La gente con la que he trabajado no sólo es pobre sino que está física o mentalmente discapacitada, la mayoría, además, ha sido abandonada por su familia y dejada en las calles o basureros. Han vivido en las peores condiciones imaginables. Ninguna de esas personas me ha dicho que hubiera sido mejor no haber nacido. El Sr. Goff y los abortistas en general olvidan que la mayoría de los seres humanos tienen una tendencia natural a aferrarse a la vida, sin importar lo terrible de sus circunstancias. Esta es una realidad. Si no la ven, quizá deberían de darse cuenta de que están mal.
Hay, sin embargo, una cosa en la que el Sr. Goff no se equivoca. Está en lo cierto cuando afirma que el movimiento pro-vida, para poder llamarse adecuadamente ‘pro-vida’, debe ser algo más que un simple movimiento anti-aborto. Pero luego comete el error de creer que aún no lo es. Defensores de la vida en el mundo entero trabajan todos los días para ayudar a mujeres que atraviesan por embarazos difíciles, tanto económica como emocionalmente; cuidan a huérfanos y niños abandonados; trabajan en los barrios bajos con los pobres de entre los pobres, buscando formas de mejorar su calidad de vida. Yo puedo testificar a favor de este trabajo pues yo lo he visto y he visto a miembros de Students for Life hacerlo. Todo esto está teniendo lugar en estos momentos y si él y otros no quieren verlo, entonces no es culpa del movimiento pro-vida sino de su propia ignorancia. Como periodistas, los invitaría a buscar la verdad e investigar antes de publicar cualquier cosa. Tener libertad de expresión no significa que tengas el derecho a escupir cualquier mojón mental que se te ocurra. También implica que guardes silencio cuando no sepas de lo que hablas.
Como dijera en su momento Don Carlos Castillo Peraza, ser pro-vida es mucho más que oponerse al aborto: “Es solidarizarse con el hombre integral desde el primer instante de su proceso vital. Es asumir las responsabilidades sociales y políticas en orden de definir, organizar y optimizar los recursos materiales, de modo que se garantice una vida digna, justa y libre, a toda la vida humana.” Eso es por lo que trabaja el movimiento pro-vida, incluyendo a Students for Life. Sí, aún cuando algunos de sus miembros sean incapaces de comprender su complejidad y caigan en contradicciones y errores. Después de todo, somos simplemente humanos, como lo son el Sr. Goff y la Srta. Davidson quienes lo demuestran con las muchas contradicciones e incoherencias de sus artículos. Pero ese no es el punto. Lo importante es que se entienda al movimiento pro-vida por lo que es. Nuevamente, Castillo Peraza afirma: “toda sociedad en la que la injusticia, la mentira, el desorden, la arbitrariedad y la degradación moral permiten que algún hombre, uno sólo, vea truncado su proceso de humanización por hambre, ignorancia, desempleo, enfermedad, violencia, despojo o arbitrariedad, es una sociedad abortista. Si se está por la vida, se milita en contra de todas esas lacras. De allí nuestro no al aborto y nuestro sí a la vida.” Esto es lo que Students for Life cree, esto es lo que el movimiento pro-vida cree.
This post is a very early draft of a letter sent to the Auburn Plainsman as a response to two articles that were published attacking Students for Life, the pro-life organization at Auburn University. This draft is NOT Students for Life’s official position on the matter. The final version is very different; this is simply my personal view on the matter.
When I read Marcus Goff’s guest commentary ('Pro-life' a sad misnomer) in last week’s edition of the Auburn Plainsman, I was quite confused. I was at the Students for Life booth the day he talked with some of the students there. I heard their conversation. What he wrote in his article is very different from what the people there told him. And most of it is simply ridiculous. Here is just one example: among the many values that Mr. Goff wrongly attributes to pro-lifers are their “increased efforts to expel and keep out needy Mexican immigrants”. I believe Mr. Goff was unaware of the fact that the guy sitting in the back of the stand (that would be me) is a Mexican immigrant. Not only am I an immigrant but I am a needy one as well (by being a grad student I automatically fall into the “needy” category)!
The article is filled with nonsense like this. Perhaps Mr. Goff should try meeting more pro-lifers because I know plenty of them who are not Republicans, who support health care reform and who are and always were against the war. In particular, the people he talked with told him exactly that. Maybe next time he interviews someone he should write down or record what they say because his memory clearly failed him on this occasion.
The other thing I found rather absurd was Ms. Lindsey Davidson's editorial comparing Students for Life with Brother Micah. Specially because that which she criticizes in pro-lifers is exactly what people who oppose the pro-life movement do all the time. Let us take Mr. Goff as an example. He openly claims to “disdain” us for our “defacement of Cater Lawn”. For some reason, when I read that I immediately imagined Brother Micah walking into his house and telling his wife how much he disdains all those sinners who deface Auburn University's campus with their sinful presence. He might use other words, more biblical ones I would imagine, like 'brood of vipers' or 'whitewashed tombs', but his feeling is exactly the same one Mr. Goff so proudly shows. And appealing to pity for the poor as an argument for abortion is using emotions and not reason as a weapon.
When Mr. Goff speaks of abortion being more humane than poverty, he only proves that he has no clue about what living in poverty is like. I have always wondered why people who claim that living in poverty is so bad that it is better to kill the poor have never actually been among the poor. They do not understand poverty but they think they know how to end it, though, of course, they have never asked the poor for their opinion. For some reason that I cannot grasp, they assume that they know more about what poverty is than the poor themselves! I have worked with extremely poor people and I would gladly invite Mr. Goff, Ms. Davidson and anyone who wants to, to go with me and work with them. The people I have worked for are not only poor but also mentally or physically disabled; many of them were abandoned by their family and left out on the streets and dumps; they lived in the worst conditions imaginable. None of them has ever told me that it would have been better to not have been born at all. Mr. Goff and abortionists in general forget that most human beings have a natural tendency to cling on to life despite their terrible circumstances. That is a reality. If they do not see that, then maybe they should start thinking about the possibility of them being wrong.
There is, however, one thing on which Mr. Goff is right. He is right in his claim that the pro-life movement, in order to rightfully call itself 'pro-life', should be more than just an anti-abortion movement. But then he commits the blunder of assuming that it is not more than that already. Pro-lifers all over the world work every day to assist women who go through difficult pregnancies, both economically and emotionally; they take care of orphans and abandoned children; they work in the slums with the poorest among the poor, seeking to improve their quality of life. I can testify to this work because I have seen it and I have seen it done by members of Students for Life. All this is happening right now and if he and others do not see it, it is not the fault of the pro-life movement but of their own ignorance. As journalists, I would encourage them to seek the truth and do some research before they publish anything. Having freedom of speech does not mean that you have the right to spit out whatever mental turds you come up with. It also implies being silent when you know not of what you speak.
As Carlos Castillo Peraza, a Mexican politician and philosopher, once said, being pro-life means much more than just opposing abortion: “It means being in solidarity with man from the very beginning of his vital process. It is taking up our social and political responsibilities in order to define, organize and optimize material resources so that a dignified, just and free life can be guaranteed to all human beings.” This is what the pro-life movement already works for, as does Students for Life. Yes, it does so even when some of its members fail to comprehend the complexities of it and fall in contradiction or error. After all, we are only human, as are Mr. Goff and Ms. Davidson who prove it with the many contradictions and incoherences that can be found in their articles. But that is not the point. The important thing is that the pro-life movement should be understood as what it truly is. Again, Castillo Peraza says: “every society in which injustice, falsehood, disorder, arbitrariness and moral degradation allow a man, even if it be only one, to see his process of humanization cut short because of hunger, ignorance, unemployment, disease, violence, theft or arbitrariness, is an abortionist society. If you are pro-life, you fight against all these blights. That is where we get our no to abortion and our yes to life.” This is what Students for Life believes, this is what the Pro-Life movement believes.