domingo, 15 de febrero de 2009

Reflexiones sobre el amor

Aprovechando que ayer fue día del amor y la amistad, me gustaría hacer un par de reflexiones sobre ese tema que a todos nos interesa: el amor. ¿Qué es el amor? ¿Por qué todos lo anhelamos? ¿Por qué tantos artistas han dedicado sus más grandes obras a él?

Iniciaré con la definición de amor que me parece más adecuada, explicaré por qué la considero la más adecuada y luego discutiré un poco acerca de otra definición que existe pero que es, a mi parecer, incompleta y errónea.

Para Santo Tomás, “la noción de amor exige que el amante quiera o desee el bien del amado” (Suma contra los gentiles, Libro I, capítulo XCI). Como cada ser apetece su propio bien, el amante ama al amado como quien es en cierta forma uno con él. Es decir, el amor une a los amantes, es unitivo por naturaleza. Esto sólo es una forma elegante de decir lo que todos sabemos acerca del amor. Ahora bien, del hecho de que para amar sea necesario desear el bien del otro, se deduce que el amor es un acto libre.

Que sea un acto libre no lo puede negar nadie. Todos sabemos que no se puede obligar a alguien a que ame a alguien más. Por ser un acto libre, la voluntad debe recurrir a la razón para que pueda decidir adecuadamente. Esto nos puede llevar a un aparente conflicto: si el amor es un acto libre y la libertad depende de la voluntad y de la razón que son facultades del alma, entonces el amor no tiene nada que ver con el cuerpo. Nada más falso que eso. El ser humano no es solamente alma o solamente cuerpo. Es la unión de ambos. Por lo mismo, sus decisiones se hacen “visibles” a los demás a través de su cuerpo. En consecuencia, el amor de una persona hacia otra se demuestra y se hace patente a través de su cuerpo. Además, cuando amamos a otra persona, no sólo amamos su alma (que no podemos ver), sino también aquellos aspectos físicos como la apariencia, el olor, el tono de voz, etc. A veces son estos aspectos físicos los que nos atraen primero de otra persona (por eso se dice que el amor entra por los ojos).

Por tanto, cuando los humanos amamos a otros humanos, no estamos amando nada más su alma, sino su alma y su cuerpo. Amamos a la persona en su totalidad. Caer en cualquiera de los extremos es malo y lleva a que el amor se pervierta y pierda su sentido.

Entonces, ¿qué pasa en la actualidad? ¿Cómo entiende nuestra sociedad lo que es el amor? Está de sobra decir que el amor, actualmente, se entiende en forma materialista. El caso más radical de esta concepción es el que defienden ciertos miembros de la comunidad científica. Para ellos, el amor no es más que una serie de sensaciones producidas por la excreción de determinadas sustancias en el cerebro. Para probar eso, nos muestran todos los experimentos en los que se ve que el cerebro de una persona enamorada secreta todo tipo de sustancias. ¿Acaso eso nos demuestra que el amor sólo es algo físico? Para nada. Sólo nos demuestra que el amor tiene un componente físico importante, cosa que ya afirmé con anterioridad.

Veamos por qué. Si el alma y el cuerpo están unidos y el alma “recibe información” del cuerpo, ¿qué impide que el cuerpo “reciba información” del alma? Tiene todo el sentido del mundo que la comunicación se dé en ambos sentidos. Es decir, que lo que “siente” (por decirlo de una manera) el alma se refleja en el cuerpo y genera toda clase de sensaciones agradables. Además, si el amor sólo fuera un conjunto de sensaciones, se terminaría muy pronto. No conozco ninguna sensación que dure mucho, pero sí conozco parejas que llevan años juntos y se aman igual que el primer día.
Por otro lado, si el amor no es más que el resultado de secreciones de nuestro cerebro, entonces dejaría de ser un acto libre. Ya que la secreción de sustancias no depende de nosotros sino de las reacciones que se le ocurran a nuestro cuerpo, dejaríamos de decidir a quién amar. Por tanto, el amor no sería libre y, como resultado, dejaría de ser amor para convertirse en instinto. Este es un caso más de la ciencia intentando suprimir la libertad humana.

¿Qué consecuencias ha tenido en nuestra sociedad esta concepción materialista del amor? La primera consecuencia es que, al dejar de ser un acto libre, deja de conllevar una responsabilidad. Por tanto, deja de tomar en cuenta las consecuencias que puede provocar en la otra persona. Es pues, una excusa para utilizar a otro ser humano como un simple medio de autosatisfacción. Siguiendo esta lógica, sólo podemos concluir que esta concepción del amor lleva a la destrucción del mismo.

Otra consecuencia es la trivialización del matrimonio. Si el amor no es una decisión libre, sino que es el resultado de un proceso meramente físico, entonces no debe existir ningún compromiso entre los “enamorados”. Ya que es imposible controlar ese proceso físico, es ilógico exigir a dos personas que se amen para siempre y que se juren fidelidad hasta la muerte. Si el matrimonio no tiene sentido, la familia tampoco lo tiene, con lo cual estaríamos destruyendo el cimiento mismo de nuestra sociedad.

Existen infinidad de consecuencias más, pero me parece innecesario enlistarlas todas. Es claro y evidente que una explicación meramente física del amor no basta para abarcarlo en su totalidad. Es más, una explicación de esta naturaleza lleva a concluir que el amor no existe. Yo, por mi parte, prefiero quedarme con la concepción tomista del amor, la cual es, además, coherente con el respeto a la dignidad de las personas.

5 comentarios:

CeeCee dijo...

Que fabuloso! Me gusta mucho leer sus reflexiones. A veces es posible ver tu alma en tus escritos. Por lo general muestras tus pensamientos sin incluyendo los sentamientos, los movimientos, la habla de tu alma. Aqui puedo ver un vistacito de estas cosas ocultadas en su alma. Eres un hombre sin iqual. Quizas escribires mas de estas cosas en el futuro?

Alejandro dijo...

¡Muchas gracias! Me da mucho gusto que disfrutes lo que escribo. Claro que seguiré escribiendo sobre estas cosas, son las que más comentarios me han generado. Además, todavía queda mucho por decir, respecto a la teología del cuerpo, por ejemplo. Desafortunadamente, poca gente en México la conoce así que es importante darla a conocer.

Anónimo dijo...

A parte de Santo Tomas que otro autor me recomiendas leer sobre este tema.
Al igual que CeeCee cosnidero que escribes muy bien

Alejandro dijo...

¡Gracias!

Pues mira, lo que pasa es que yo soy fan de la filosofía de Santo Tomás, por eso siempre me refiero a él.

También he leído cosas muy interesantes de Juan Pablo II (sobre todo respecto a la teología del cuerpo que está totalmente ligado al tema del amor). Si te gusta la poesía puedes leer a San Juan de la Cruz que, aunque se refiere al amor entre el hombre y Dios, lo hace usando la imagen del amor humano.

El Papa Benedicto XVI habla del tema en su encíclica Deus Caritas Est. Otro autor bueno, pero que, hasta donde sé, sólo tiene libros en inglés es Christopher West.

Por último, podrías echarle un ojo a las conferencias que se dieron en el VI Encuentro Mundial de las Familias donde se habló mucho del tema.

Son los que se me ocurren ahorita, si recuerdo alguno más te aviso.

Anónimo dijo...

Ya terminé de leer Deus Caritas Est y me gustó mucho, gracias por habermelo recomendado.