viernes, 15 de enero de 2010

Una meditación sobre el relativismo cultural / A meditation on Cultural Relativism

El relativismo cultural es la creencia de que todas las culturas son igualmente valiosas y que, por tanto, es imposible jerarquizarlas. Muchos han cedido ante la tentación de creer semejante patraña bajo el pretexto de la tolerancia, sobre todo en los círculos mal-llamados intelectuales (pues quien cree en el relativismo ha renunciado al pensamiento racional y no puede ser llamado intelectual).

Creer, por ejemplo, que la cultura del Nacional-Socialismo Alemán o la cultura Soviética no pueden ser condenadas como malas o como peores que prácticamente cualquier otra cultura que ha existido es una muestra más que evidente de la falacia que es el relativismo cultural. Ahora bien, para poder comparar y jerarquizar culturas, es necesario encontrar una referencia contra la cual medir la bondad o maldad de las mismas. Esta referencia, o unidad de medición, por llamarla de alguna manera, debe ser algún valor que podamos considerar supremo. Yo propongo como tal el respeto a la dignidad humana. Este valor es incluso superior a otro valor tan apreciado (aunque pésimamente mal entendido) como lo es la libertad, pues la libertad misma está contenida dentro del respeto a la dignidad humana y está sujeta a ella. Por tanto, podemos considerar al respeto a la dignidad humana como el valor supremo sobre el cual deberíamos construir nuestras sociedades y culturas.

Sé que por ahí podría surgir algún relativista seriamente dañado de sus facultades mentales a alegar que el respeto a la dignidad humana es un valor occidental y que no puede ser usado para juzgar a otras culturas. Este es un caso perdido y yo lo dejaría en manos de alguna institución mental, pues claramente ha perdido todo rastro de sentido común. Este valor es universalmente aceptado (o lo sería si todo mundo entendiera de qué se trata) y, por ello, es válido para construir esta jerarquía de culturas.

Una vez determinada nuestra unidad de referencia, podríamos proceder a calificar a cada cultura. Con ello, las mejores culturas serían aquellas en las que se respete la dignidad humana en mayor medida, y serían peores aquellas que no.

Es justo aquí donde encuentro la causa de que el relativismo cultural esté adquiriendo tanta fuerza en la civilización occidental. La causa es que Occidente fracasa miserablemente si lo sujetamos a esta medición. De ser una civilización en que las mejoras culturales se medían por el aumento en el respeto a esa dignidad, se pasó a la civilización de la objetificación del ser humano en sus relaciones interpersonales (sobre todo en las relaciones entre los sexos), de la explotación del hombre por el hombre (tanto en el capitalismo como en el socialismo) y en general a una civilización en que la dignidad humana quedó supeditada a muchos otros valores (a la libertad o al lucro) Una cultura en que la pornografía se permite por no limitar una supuesta libertad de expresión, en que el afán de lucro lleva a unos a esclavizar al pobre y en que la vida humana ha perdido todo valor, es una cultura que no tiene respeto alguno por la dignidad humana. En eso se ha convertido Occidente, y, aunque se repite constantemente que todos estos “avances” han sido para bien de la humanidad (creyendo que una mentira repetida mil veces se vuelve verdad), sabe en su subconsciente que no es así. Cada vez que se mide con la vara del respeto a la dignidad humana y ve su propio fracaso se sume más y más en la demencia del relativismo. Es su último y patético intento de justificación. Si todas las culturas tienen el mismo valor, entonces Occidente no puede ser inferior a las demás aunque sabe que lo es.  Bajo la hipócrita máscara de la tolerancia, ha fingido bajar de su pedestal para abrazar a sus hermanas, cuando en realidad lo que pretende es sumirlas en el mismo fango en que se encuentra.  Occidente ha perdido la razón pues ha intentado huir de la realidad y ha terminado en los brazos de la locura del relativismo.



Cultural relativism is the belief that all cultures are worth the same and that, therefore, it is impossible to hierarchize them. Many have given into the temptation of believing such nonsense under the excuse of tolerance, especially in the erroneously called intellectual circles (because anyone who believes in relativism has given up rational thought and cannot be called an intellectual).

To believe, for example, that the Nazi culture or the Soviet culture cannot be condemned as evil or cannot be considered worse than pretty much every other culture that has existed is a more than evident proof of cultural relativism being a fallacy. Now, in order to compare and hierarchize cultures, it is necessary to find a reference against which we can measure the goodness or badness of these. This reference, or unit of measurement, so to speak, must be some sort of supreme value. I propose the respect of human dignity as such value. This value is superior to that other value which is so appreciated (though incorrectly understood) nowadays: freedom. The respect of freedom is contained in the respect of the dignity of human beings and is subject to it. Hence, the respect of human dignity can be considered to be this supreme value around which we should build our societies and cultures.

I know that some severely deranged relativist could come up and argue that the respect of human dignity is a Western value and that it cannot be used to judge other cultures. This would be a lost cause and I would leave this person in the hands of some mental institution since he has clearly lost all trace of common sense. This value seems to be universally accepted (or would be if everyone knew what it means) and is valid to build our hierarchy of cultures.

Once we have determined our unit of reference, we can proceed to qualify each culture. In that way, the best cultures would be those in which human dignity is respected the most and those where it is respected the least would be the worst.

This is exactly where I see the cause of relativism becoming so strong in the West. The cause is that Western culture fails miserably if we subject it to this measurement. From being a civilization in which cultural improvements were thought of as improvements in the respect of that dignity, it came to be the civilization of objectification of human beings (especially in the relationships between the sexes), of exploitation of Man by Man (both in Capitalism and in Socialism) and of subjecting human dignity to so many other values (such as freedom and profit). A culture in which pornography is allowed because banning it would limit someone's freedom of expression; in which the search for profit has led many to enslave the poor and in which human life has lost its intrinsic value, is definitely a culture in which human dignity is not respected. That is what the West has become and, though it repeats to itself that these “advancements” have brought good to Mankind (believing that a lie repeated a thousand times will become a truth), it knows in its subconscious that this is not so. Each time that it measures itself with the scale of the respect of human dignity and sees its own failure, it sinks more and more into the madness of relativism. It is its last and most pathetic attempt at justifying itself. If all cultures have the same value, then Western culture cannot be inferior to any other culture, even when it knows that it is. Under the hypocritical mask of tolerance, it has pretended to come down from its pedestal to greet its sisters, when it was really trying to pull them down to the mud in which it lives.  The West has lost its mind because it has tried to flee from reality, straight into the arms of the insanity of relativism.

2 comentarios:

Ruth dijo...

thats a good way to measure, although it's been pounded into our heads not to think of one society "better" than another, that it sounds strange for you to say we can do just that. i guess its relativism in its many forms.

Alejandro dijo...

Exactly, we've been told this crap so many times that we can easily fall into the trap of believing it! I know that what I say is politically incorrect but it is nonetheless true.

Now, the fact that a culture is wrong or "inferior" to another one does not mean that it should be destroyed, but rather, that it should be transformed in order to be elevated from where it stands. That is what Christianity has done for two thousand years.