Hace rato, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, César Duarte salió con la ocurrencia de declarar que el precio que pagamos en México por la gasolina es “aberrante”. Además, culpó al Ejecutivo Federal de “afectar a la economía” con estos precios tan “elevados”. Claramente el señor Duarte no tiene la menor idea (o si la tiene, se hace el loco con fines políticos) de cómo funciona la economía. Actualmente los precios de gasolina en otros países han bajado con la caída de los precios del petróleo, sin embargo, en México esto no importa ya que la gasolina tiene un precio fijo. Es decir, cuando el precio del petróleo subió y la gasolina en todos los demás países era carísima, en México costaba lo mismo que ahorita que los precios han caído mundialmente.
Ahora bien, en estos momentos, la gasolina en México está cara comparada con la gasolina en Estados Unidos, donde no existen demasiados impuestos sobre la misma. En cambio, en los países europeos se cobran impuestos muy elevados sobre la gasolina, de tal manera que ésta es mucho más cara allá que aquí. Claro, que si quiere gasolina barata, que vaya a Venezuela donde el gobierno la subsidia todavía más de lo que se subsidia aquí.
Por otro lado, el señor Duarte parece olvidar que la situación actual de la gasolina y el petróleo en México es consecuencia, en primer lugar, de 70 años de pésimos gobiernos emanados de su partido (el PRI) que desaprovecharon por completo el auge petrolero que tuvimos; y, en segundo lugar, a que su partido se opuso en los puntos más importantes a la reforma de PEMEX que presentó el presidente Calderón. Por tanto, las condiciones de ineficiencia en las que opera PEMEX y que afecta a todo el ciclo productivo de la gasolina se lo debemos a estos señores. No olvidemos también que el sindicato petrolero (uno de los mayores lastres que hay en este país) siempre ha sido una extensión del PRI. No hay mejor evidencia que el caso de los millones de pesos que se robaron de PEMEX para apoyar la candidatura de Francisco Labastida en el 2000. Creo que el señor Duarte mejor debería de callarse y evitar criticar situaciones que ellos han creado y para las cuales no han presentado UNA solución.
Esto es un ejemplo más del PRI queriendo presentarse como salvadores del país cuando a ellos les debemos la situación precaria del mismo. ¡No permitamos que regresen los dinosaurios (por muy jóvenes que sean) regresen al gobierno!
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